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domingo, 29 de enero de 2012

¿SE DESATA EL PÁNICO POR EL FIN DEL MUNDO?



Se desata el pánico por el fin del mundo28 ENE 2012 |     Rosa Cuervas-Mons


En estratégicos refugios equipados con lo necesario para subsistir tres años sin salir al exterior, ellos, los que creyeron en la apocalíptica predicción maya (21-12-2012), se preparan para asumir la difícil tarea de reiniciar la civilización, que para algo han sobrevivido al fin del mundo.
Carta número cuatro mil que recibe el departamento habilitado por la NASA para desmontar las teorías del fin del mundo. Y, como las anteriores, muestra la histeria irracional que se ha apoderado de muchos. “Soy danesa. Madre de una niña y embarazada, estoy considerando matar a mi hija de 2 años y después suicidarme por el miedo que me da asistir a la destrucción de la Tierra”. Hay más: “Estoy muy asustada. Mi único amigo es mi pequeña perra. ¿Cuándo debo aplicarle la inyección letal? No quiero que sufra durante el fin del mundo”.

Y más, y más, a medida que se va acercando la fecha -21 de diciembre de 2012- en la que los mayas fijaron la desaparición de la Tierra. Los apocalípticos convencidos son legión y de poco parecen servir las explicaciones científicas y de estudiosos de la civilización maya que niegan con rotundidad que el fin del mundo se acerque.
Primero, porque los mayas nunca dijeron tal cosa. Su calendario, que comenzó en el año 3144 antes de Cristo, se estructura en ciclos -baktuns- de 144.000 días. El ciclo número trece, número sagrado en la cultura maya, finaliza el próximo 21 de diciembre. Fecha que coincide, además, con el punto final del calendario. Es decir, los mayas no iniciaron el baktun catorce, se cree que porque para ellos el baktun trece cerraba una era, un ‘gran círculo’.
A partir de ahí los apocalípticos y conspiranoicos elaboraron la teoría de que, dado el conocimiento astronómico de los antiguos pobladores de México, el final del calendario supone al final del planeta.
Incluso decidieron cómo sería -será, según ellos- ese final. Los más apuntan a una sucesión de desastres naturales (terremotos, tsunamis, tornados), otros se decantan por intensísimas tormentas solares que acabarían con el sistema de telecomunicaciones y a las que solo podrían sobrevivir aquellos grupos preparados para volver, prácticamente, a la Edad Media, y otros, entre ellos el escritor holandés Patrick Geryl, apuestan por una inversión de los polos magnéticos de la Tierra de “consecuencias geológicas drásticas”. No faltan, por supuesto, los que creen en contactos alienígenas y en puertas de entrada a una dimensión paralela o los que afirman que será un planeta -Nibiru- el que colisione con el nuestro, arrasándolo. Hasta aquí la imaginación.

La realidad -la que defienden científicos y estudiosos- es mucho menos entretenida, pero más optimista. Por lo que a los mayas se refiere, historiadores y expertos coinciden en señalar que el final de su calendario no significa la desaparición del planeta, sino el fin de un ciclo que, como mucho y para quien así quiera vivirlo, puede significar cierto “renacimiento o resurgimiento”. “Es un día para celebrar”, señalaba el responsable de Promoción Turística de México, Víctor Hugo Romero, alineándose así con las teorías del movimiento New Age: el de 2012 será el solsticio de invierno del cambio y la alegría... Y del crecimiento económico, porque la supuesta profecía maya está multiplicando las visitas a las zonas arqueológicas.

Extraña intervención celestial

Disipado el miedo al calendario, ¿qué decir de las tormentas solares, sobre las que la mismísima NASA ha advertido? Habrá, sí, como lleva habiendo desde que el Sol es Sol. “No habrá ninguna diferencia entre las tormentas solares de 2012 y las posteriores o las previas. Tenemos una atmósfera gruesa que nos protege y podemos asegurar que una tormenta solar que acabe con la Tierra, sencillamente, no va a ocurrir”. Así, de un plumazo, barre el heliofísico de la NASA Alex Young cualquier aspiración apocalíptica.
Entonces, ¿por qué las alertas de la NASA? Porque, dado que el mundo del siglo XXI es mucho más tecnológico que el del XIX, una tormenta solar tendría mayores efectos sobre nuestro estilo de vida. Mientras que la ocurrida en 1859 dejó a la población sin mensajes de telégrafo durante un par de días, las de 2012 podrían afectar a los satélites, la telefonía móvil, los sistemas GPS, las centrales eléctricas... y producir daños, sobre todo económicos, en la población.
Por eso, la Organización Meteorológica Mundial se ha referido a las tormentas solares como uno de los riesgos emergentes de 2012 y el Gobierno estadounidense ha revisado sus planes de emergencia para evitar que un evento geomagnético tenga consecuencias graves.
Pero, como hay razones que la razón no entiende, algunos habitantes de Texas han creado un club -Grupo de Supervivientes del Apocalipsis de 2012 del Norte de Texas- que ofrece a sus miembros protección mutua ante el desastre venidero. “El 20 de diciembre nos reuniremos en el lugar decidido previamente -ya que los sistemas de comunicación habrán quedado inutilizados-, repartiremos las tareas y protegeremos nuestro territorio. Si, por alguna extraña intervención celestial, el mundo no se acaba, celebraremos la fiesta del siglo”. Ya cuenta con miles de seguidores.
Menos festivo se muestra Patrick Geryl, defensor de la teoría de la inversión de los polos. Desde su web Howtosurvive2012.com (cómo sobrevivir a 2012) asegura que alguien debe hacerse responsable del plan de restauración de la sociedad y los conocimientos una vez acaecidos el fin del mundo y la destrucción de la civilización que conocemos. “He tomado la decisión de ser yo esa persona”.

Reinstaurar la civilización

Tiene trazado todo un plan: refugios atómicos y búnkeres en las montañas españolas y turcas, material de supervivencia y los recursos necesarios para reinstaurar la civilización. Pero advierte: “Es imprescindible tener dinero, 10.000 euros por persona, si se pretende sobrevivir”. “Si no tiene, puede seguir los consejos de esta página y acudir a algunos de los lugares alternativos que indico, pero sus posibilidades de supervivencia serán, lógicamente, menores que las del grupo organizado”.
En su equipo, detalla, solo quiere a quienes crean en el fin del mundo y en la necesidad de iniciar una nueva civilización. Gente consciente de que la mayoría de la humanidad perecerá a finales de 2012 y que se sienta capaz de llevar a cabo esa labor de rescate planetario. Su web llegó a tener a más de 900 usuarios conectados en un solo día debatiendo las cuestiones prácticas de este plan de supervivencia.
Al otro lado del mundo, en la estadounidense Louisville, el apocalíptico John Kehne advierte a los visitantes de la web December212012 de la falta de previsión de los Gobiernos ante las catástrofes que se avecinan. Es más, él asegura que, mientras los poderosos construyen refugios, permiten que el resto de la población viva en la ignorancia sin saber la que se le viene encima.
Por eso Kehne ha editado una guía de supervivencia y ha puesto en marcha una tienda virtual del material necesario -equipos de aislamiento, comida no perecedera, potabilizadoras, sistemas de comunicación, sanidad y primeros auxilios, orientación- para sobrevivir a casi cualquier catástrofe. Su bitácora tiene una legión de seguidores -incluso cuentan con productos de merchandising de la apocalíptica fecha- y decenas de debates sobre la mejor forma de afrontar tsunamis, tormentas solares y amenazas nucleares.
Eso sí, no todos los usuarios, y así lo advierte el propio Kehne, son trigo limpio. A finales del pasado año se vio obligado a bloquear el acceso a su web de unos “iluminados” que trataban de montar un grupo de relanzamiento de la civilización tras el apocalipsis y que buscaban para ello mujeres jóvenes “dispuestas a poner sus cuerpos al servicio de las labores de repoblación”. “No os dejéis llevar por los que quieren atemorizaros”, sugería el vendedor apocalíptico a sus fieles.
Porque ese es, precisamente, uno de los peligros a los que están expuestas las personas dispuestas a creer en las teorías apocalípticas. “Preocupa la dinámica de miedo que pueden generar y que sus miembros sufran aislamiento, dependencia del grupo y pérdida del referente de la realidad”, explicaba a La Vanguardia el especialista en sectas Miguel Perlado.
Advertidos los apocalípticos de los peligros de las sectas, cabe hacerse -o hacerles- la misma pregunta que un sorprendido internauta dejó escrita en uno de estos foros fatalistas. “Por curiosidad, ¿para qué queréis sobrevivir al fin del mundo?”


¿Dónde está el dinero?

La versión española de los supervivientes apocalípticos se llama Grupo de Supervivencia de España 2012 (G.S.E. 2012) y nació de la mano del naturópata Jonatan Bosque, que durante 2010 y 2011 concedió entrevistas en radio -Onda Cero, Es Radio, Cope, Ser-, prensa -La Vanguardia, El Mundo- y televisiones locales, incluso hasta la edición española de la BBC. “Somos ya 165 personas, 50 de las cuales formamos parte del proyecto del búnker, que dispone de 60 plazas. Queríamos construir uno para 400 personas, pero el tiempo apremia y decidimos hacer un primer refugio”. Para este primer refugio el Grupo pedía una inversión inicial de 200 euros y total de 2.400 por persona. Dónde está el dinero o cuánto ha pagado cada socio no se sabe, porque desde hace meses nadie localiza al fundador Bosque, las webs más críticas con él (Contraperiodismomatrix) aseguran que ha “cogido el dinero y desaparecido” y Anonymous ha hecho públicas las peticiones de los socios, desoídas hasta la fecha, de un justificante del dinero ingresado. Su foro está inhabilitado y la página de Facebook del Grupo hace oídos sordos a las peticiones de contacto de la prensa.


fuente   LA GACETA  : http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/se-desata-panico-por-mundo-20120126

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